viernes, 27 de noviembre de 2009

luuuuke, am i your father?

Me despierto odiando a la luz que se enciende. 7:00 am. Siempre a las 7:00am.
Miro a mi alrededor y veo lo mismo de siempre... mi entorno se repite semana tras semana.
Voy al baño del rincón, tomo un poco de agua y vuelvo a despertar a mi compañera.
Ni se inmuta.
Desde que cuida a los bebés no me presta mucha atención. Pero la perdono. Ha sido mi compañera de toda la vida y no hay tiempo como para peleas. Hay que cuidar a los hijos y criarlos. Todavía nos queda eso.

Recuerdo un día que me levanté y ella no estaba. La busqué desesperado por todo el hogar y no la encontré. No podía creer que se hubiese ido.
Al otro día volvió, cabizbaja, dolorida. Estaba lastimada. No hablamos mucho del tema y seguimos la rutina diaria. Al fin y al cabo, ella me había perdonado aquella vez que la dejé sola. Todavía recuerdo flashes pero no la historia completa. De hecho me levanté con cicatrices que no me pertenecían, pero ahí estaban, marcadas en la piel.

El día que nos enteramos que estaba embarazada festejamos. No lo habíamos planeado, pero lo aceptamos muy contentos. Ahora somos padres nuevamente, y sabemos que en tres semanas se nos van los pichones así que vuelvo a mimarlos. Todavía me resulta extraño como de dos padres tan negritos pueden salir criaturas tan blancas... pero bueno, así es la ciencia!

Camino hacia el techo y desayuno.

Diarrea

Soy una persona bastante balanceada en cuánto a mis opiniones. Me gusta ser justa. No me gusta exagerar ni ser subjetiva. En la vida hay que saber mantener un equilibrio y cierto grado de objetividad....
Pero hoy, me cago en todo eso.

Me cago en los hombres, en la soltería, en las mentiras, en las omisiones, en los silencios, en los guiños, en el fútbol.
Me cago en la cocina, en la prolijidad, en la ropa limpia, en el piso aspirado.
Me cago en la calle, en el tránsito, en los semáforos, en los pichis, en el ruido, en el humo.
Me cago en la gordura, en el gimnasio, en el té de piñulí, en los ayunos, en las balanzas.
Me cago en el cigarrillo, en mis pulmones envejecidos, en mi reuma del dedo gordo del pie y en mi tendinitis.
Me cago en el equipo de disolución, en el HPLC, en la mufla y en la bureta de 25 mL clase A.
Me cago en la tele, en Tinelli, en Bottinelli.
Me cago en las monjas, los curas, las iglesias.
Me cago en el Facebook, en el hijo de puta que inventó el Plock, en Claro y su banda ancha móvil paralítica.
Me cago en mi celular, que a 27 de noviembre, tiene $246 de saldo.
Me cago en el MSN (dos veces).
Me cago en el amor.

En fin, como ya me cagué en todo, solo me queda decir...
¡¡¡Mamaaaaaaaaaa, termineeeeeeeeeeee!!!


miércoles, 25 de noviembre de 2009

Flashback





Recordando:


"La próxima sale" (03/10/09)



Bueno, salió nomás.




martes, 24 de noviembre de 2009

Como relleno de Pastafrola...

"Ta, se me hace tarde de nuevo. ¿Será posible? Todos los días salgo tarde. Seguro que pasa el bondi cuando estoy a una cuadra de la parada. ¿Por qué no puedo correr? Como una gacela... ¡Y el ascensor! ¿Por qué están dos horas para cerrar la puerta? Charlan, las viejas charlan con la puerta abierta.. Agrrrrr!!! Bueno, por lo menos ya vino... un pique a la parada y llego para fumarme el cigarrito de precalentamiento para lo que me espera".


-¡Hola! ¿Cómo le va? -le digo al portero.

- Bien, bien, ¿y cómo te va a ti? -me responde. Un amor mi portero.

De repente, la veo. Una estructura negra, grande, recostada, como haciendo barra, a la pared.

-¿Y estocolmo?

- Es un ropero.

- ¿En serio?

Momento de paréntesis curvo. No me gusta que mi portero se haga el vivo. No está bien. Yo tengo capacidades diferentes, ¿por qué burlarse?. Cuando me miró, puso cara de se-ve-que-ese-año-regalaban-títulos-universitarios-porque-no-hay-otra-forma-que-lo-hayas-conseguido-si-hacías-esas-preguntas-idiotas-en-la-Facultad.

-Jajajaja, noooooo, es una reja.

"What the fuck!!!"

-Ahhhhh, ¿van a poner una reja?

-Si, por la seguridad, viste, la gente se sienta en los escalones...

Y si, el domingo, por suerte, la levantaron, la clavaron, la conectaron al portero (eléctrico, no al de carne y hueso) y vòila, Alcatraz en Montevideo.

Cuando la vi, erguida, incólume, lo primero que pensé fue: "otro obstáculo para que los varones lleguen a mi apto". Pucha, como si los existentes no fueran suficientes. Después pensé: "uhhhh, domingo de madrugada, con alto grado de alcohol en sangre, no solo tengo que embocar la llave en una puerta, sino que ahora son dos. Y ni hablemos de esos momentos que todo ser humano ha tenido que pasar... esas caminatas de pasitos cortos, rapiditas, urgentes..... Que nunca te pase".

La reja llegó para quedarse, cortesía de la paranoia propietaria.


Ahora solo me queda acostumbrarme a ser el relleno de la pastafrola.


¿Membrillo o dulce de leche?


Banda sonora: "Entre Rejas" Los Pibes Chorros.

"Y entre rejas
se dió cuenta que perdió
lo que más quería
y le hace falta valor
para seguir su vida
y entre rejas
se dió cuenta que hoy está
condenado y solo
sin amigos, sin parientes...sin mamá
PD: esta la dedico a los amigos que desafortunadamente se equivocaron en su vida... y hoy viven en una cárcel..."


viernes, 13 de noviembre de 2009

Todos los Viernes son 13...


Por suerte, viernes otra vez. Un viernes más. Otro. Sin TV cable, sin novio, sin comida en la heladera. Un típico viernes de mi vida.


Tengo la caja de puchos abierta y eso es peligroso. Me estoy calentando dos choclos (si, dos choclos) para comer con manteca y sal. Es muy patético, muy patético, porque lo hago, en el fondo, para intentar recordar cómo se sentía comerlos en la playa con mis amigas. En verano. Ese verano que ya no voy a tener. Nunca más.


¿Pesimista? Tal vez. ¿Desahuciada? Quizás. No es un panorama muy prometedor el que me espera a la vuelta de la esquina.


Me estoy distrayendo. Claro, me distraje porque miré el piso. El piso blanco. ¡La capa de mugre que lo cubre es muy grande! ¿Qué me pasa? ¿Serán el calor y la humedad? ¿La soledad y el olor a pucho rancio que el Glade no logra tapar?.


Estoy viendo a Tinelli despotricando contra sus detractores. No es una visión muy... coherente. Está leyendo en un teleprompter el rosario de insultos que le está dedicando a su Gobierno. Todo condimentado con frases como"mi amor", "querido" y otros epítetos sardónicos. Pero terminó agradeciendo a su Presidenta. ¿O se dice Presidente aunque sea mujer?. ¿Cómo será?. En fin, ahora vienen las cámaras ocultas. Creo que me va a explotar el cerebro. Me veo con la cabeza abierta y los sesos emulando un cuadro de Pollock en la pared.


Acabo de ver a una polilla que hizo el intento de entrar en mi casa pero se arrepintió.


¿Algo más para añadir?

viernes, 6 de noviembre de 2009

Compañera de la noche


Quizás sea que vivo sola desde hace mucho tiempo. Quizás sea mi neurosis. Quizás sea... el verano.
Hay un conjunto de circunstancias que hacen que noviembre sea un mes de mierda. Noviembre, empieza el calorcito. Noviembre, mes de los insectos y alimañas indeseables.
El tema es el siguiente: no me gusta compartir el espacio vital (reducido) de mi monoambiente con bichos que vuelan. Sencillo, cortito y al pie.

Esta es la historia de un bichito que por estúpido, no ha logrado evolucionar. La polilla.
Es una constante en mis noches. Yo abro la ventana y ella entra. Entonces nos disponemos a actuar la obra de teatro más ensayada de la historia. Ella revolotea alrededor de los tubos de luz y alrededor de mi cabeza, socarrona, creyéndose intocable, inmortal. Yo la miro, la dejo volar, un poco por pereza, un poco por lástima. Conozco cuál será su futuro. No soy egoísta, quiero que disfrute de sus últimos instantes en la Tierra. Pero me torea. Me aletea en la jeta y llega un punto que eso me desquicia. Entonces, es la hora D. Me levanto, caliente como un chivo y voy a buscar el arma "polillicida": el Raid. Gracias por los piretroides con olor a flores del campo. Estoy hablando del naranja, el "casa y jardín". Que nunca me falte.

Cuando tengo en las manos la bomba atómica de las polillas, me siento imbatible. Me transformo en el Increíble Hulk. Poder inconmensurable en la palma de mi mano. La sigo, la espero, la relojeo, la mido. Agito, apunto y disparo. El problema es que tengo que disparar varias veces. Se me mancha el sillón, la cama, las ventanas, el piso, la mesa. Pero sigo. Me cae en la cara, en las manos, pero veo como, lentamente, el aleteo comienza a disminuir. La bicha está boba, a punto caramelo pero todavía está en lo alto. Más disparos. Me empiezo a marear un poquito. Pero por fin, antes de empezar a ver todo negro, cae. Pero no muere. Es como la araña de aquella película horrible, "Aracnofobia". Pero está a mi merced. Y se viene el momento culminante: el chancletazo. Pero la inmundicia no se va sin venganza: deja su marca en mi piso...blanco, por suerte.

Yo sé reconocer a un buen enemigo cuando lo veo. Por eso, le brindo el mejor entierro posible. La devuelvo a su habitat natural. Con la pala la levanto, y la tiro del sexto para abajo.

¡Vuela, polilla, vuela hacia el más allá!